Sinopsis: La película comienza
con la imagen del protagonista ante la tumba del gran Fary, donde se lamenta
por su muerte, y mientras critica además, muy duramente, la elección de un
presidente de color en la Casa Blanca. Los problemas para este fastidioso
hombre comenzarán cuando sea internado en la cárcel, entonces, tendrá que
concentrar todos sus esfuerzos para escapar de ella.
Crítica: Aunque las anteriores
entregas de la saga no me disgustaron, bueno, las dos primeras, porque la
tercera no me he atrevido a verla a tenor de los comentarios que me dijeron
amigos y que leí en diversos blogs. Sin embargo, esta 4ª entrega sí que la he
visto, eso sí, con las expectativas bastante bajas, y la verdad es que el
resultado ha sido bastante satisfactorio.
Evidentemente no es la próxima
ganadora del Goya (ni lo pretende ser), pero sí es una buena opción de
entretenimiento, y no ofrece nada que después no dé, contando además con un
séquito de cameos que Segura ha conseguido no desentonan en el universo de
Torrente.
Del reparto principal sorprende Kiko Rivera, que realiza
una interpretación bastante correcta, todo lo contrario que la publicitada
Belén Esteban, que no sobreactúa más porque no puede. También destaca en su
breve papel un Yon González en alza.
En definitiva, no esperes
ver nada distinto de lo que ya ofreció en anteriores entregas, porque esto es
Torrente y no va a cambiar, porque al público le gusta así, como lo demuestran
los casi 20 millones de euros que ha recaudado en taquilla).
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